REFLEXIONES ACERCA DEL TIEMPO

    REFLEXIONES ACERCA DEL TIEMPO

 

Definir el tiempo ha sido una de las inquietudes grandes de los pensadores, incluso se dice que era “algo que sabia antes de haber sido preguntado”. Realmente es un tema de agradable complejidad, pero no aspiro en estas líneas a profundizar en su fenomenología sino a tocar algunos apartes prácticos que nos conduzcan a pensar e iniciar un interés sobre él.

Platón, Aristóteles, Kant, Newton, Heidegger, Husserl, Habermas y muchos más, Filósofos, Físicos, Biólogos, Matemáticos etc. han dedicado mucho de su tiempo al tiempo. 

Me acerco más a Kant, viendo “el tiempo como un modo de pensar”. El tiempo no es inherente a las cosas y acompaña al hombre, de la mano, desde antes de nacer y ya ahí él, impone sus condiciones… es un eterno conocido, que no podemos dejar de tratar, Tiene sus propias y radicales normas a tal extremo que nos cobra todo con tarifa de agiotista.

Cuando se presiona su ciclo de alguna forma, como en la madurez de las frutas o verduras mediante procesos fisicoquímicos, se acelera su desarrollo, pero luego perecen. En tiempo normal de espera de una enfermedad, evoluciona sola y presionada se acorta, pero a costa de muchas consecuencias secundarias. En el pago a destiempo de las obligaciones los intereses y los montos se desbordan. Todo, todo nos sale más caro si irrespetamos su ciclo, por eso “no pidas nada antes de tiempo…” Tampoco entres en la ley del afán porque pagas más caro. 

Los deportistas jóvenes, de alto nivel, que hacen esfuerzos prematuros, los pagan en su etapa mayor, de igual manera los niños que asombran en su edad temprana como prodigios,” hijos de la educación de invernadero” (como dice Schopenhauer) en su mayoría llegan a su madurez intelectual perfectamente normales y ocasionalmente vulgares.

El tiempo nos acompaña en todas las etapas de la vida, caracterizando en nuestro comportamiento y actitud cada una muy definidamente: En la niñez el tiempo hasta ahora permite el pequeño desarrollo, que alcanza para el juego serio y multicolor de la imaginación, En tiempos de juventud todo es alegría, fuerza, energía, virilidad, contemplación, agitación, esperanza y mucho de esclavitud; ya en la madurez son la seguridad, la serenidad y la libertad las que conllevan esta porción de la vida. Se habla de la madurez que se está en la tercera edad y aún más como yo a mis setenta y cinco años en tiempo de expectativa de vida, porque en cualquier momento se cumple.

Aquí el tiempo nos muestra que no hay ni goce eterno, ni dolor infinito, ni entusiasmo duradero, ni determinaciones para toda la vida. Vemos que todo se disuelve en el tiempo, a veces en minutos se devastan proyectos grandes o pequeños. A veces en años, pero curioso, toda una vez que ha pasado nos lleva a concluir que nada es tan serio, y de lo efímero que es todo en la vida. 

En el tiempo la vida nos miente continuamente, nos promete cosas que no nos cumple, quizá para demostrarnos “cuan poco apetecible era lo apetecido” o como nos engaña la esperanza cuando vemos que era más grande la cosa esperada. El agobio nos aterriza de prometedoras ilusiones o paraísos futuros que desaparecen como por magia, pero ya tarde, después de que nos hemos dejado seducir. De esto se aprovechan los bandidos, pero nos dejan una cara enseñanza, la prudencia. 

El tiempo trae en la vejez reflexión y calma, ya nada nos asombra y menos nos esclaviza, la tranquilidad permite mirar con desden las ilusiones y magnificencias aparentes de la vida. En esta temporada la pregunta es: ¿Aprovechaste el tiempo?  Al contestar sí, se quiere indicar que, durante todo el pequeño período de la existencia, se cultivaron el espíritu y el intelecto, se construyeron herramientas para vivir en soledad con enorme satisfacción, se previó el dinero necesario para comprar lo que las propias fuerzas ya no nos dan.

La suficiente preparación intelectual debe alcanzar y sobrar, para lo que se pierde con el tiempo y que los argumentos del conocimiento den para mitigar con elegante solvencia el aburrimiento. La disciplina, el movimiento, el cuidado de no habernos hecho daño en ningún período de la vida. Eso nos premia de la buena salud que el tiempo, en este momento nos exige. Así se tendrá una vejez digna muy lejos de la vulgaridad que nunca esta exenta de necesidades. 

El ciclo se cierra en el tiempo con la entrada triunfal de la muerte digna y esperada a quien le correspondemos tan solo por el hecho de haber nacido.

Gracias tiempo porque así se lleva el breve ensueño de la vida y nos descansa en un sueño eterno.

 

 

 

(Ver: La critica de la razón Pura: Immanuel Kant Alfaguara 1988.- El malestar en la cultura: Sigmund Freud. - En torno a la filosofía, El amor Las mujeres, La muerte y otros escritos Arthur Schopenhauer Porrua 1991 Mas allá del bien y del mal: F Nietzsche alianza 1985)


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