EL DEVENIR ESTUDIANTIL EN COLOMBIA (un escrito para la juventud)
EL
DEVENIR ESTUDIANTIL EN COLOMBIA. (un escrito para la juventud)
Las
estoicas demostraciones del estudiantado colombiano de hoy, a pesar del
maltrato desmedido y brutal de los entes represivos del estado colombiano, han tenido
el valor de suspender sus clases para exigir justo presupuesto que cubra las
necesidades totales de las universidades públicas en todo el país, para el
presente y su futuro incluyendo plantas físicas que están en vergonzoso
deterioro. Me recuerdan los históricos e inolvidables acontecimientos de mayo
del 68 en Paris y en otras ciudades europeas. Fue un devenir, un
rejuvenecimiento social, la irrupción con novedades que se quedaron. Se hizo
claridad en el futuro histórico de las revoluciones y el devenir revolucionario
de la gente. Con los Recientes acontecimientos en Paris los franceses lo están
corroborando y nos siguen guiando con su ejemplo de sociedad que tiene que ser
escuchada y tenida en cuenta por sus gobernantes.
La
historia designa el conjunto de condiciones para que los acontecimientos se
registren y que hay que desprenderse de ellos para dar paso al devenir. Pero el
devenir no es historia. Es un proceso en el ser, un ser en continuo cambio, en
una continua potenciación. En Hegel el devenir es la superación del ser puro y
de la pura nada. Si vamos a Nietzsche apunta a la ciencia que se adueña de ese
devenir y lo fija como hecho universal. Es una acción que está por nacer y el
ser humano a pesar de todos los valores se subleva contra el poder ciego,
contra la tiranía, incluso combatiendo sus propias pasiones.
Esta
pequeña referencia para un llamado al devenir revolucionario (lo único que
puede acabar, con la vergüenza de lo intolerable) de la juventud colombiana que
propenda por un borrar histórico, que le permita sentirse en la capacidad de
construir una nueva historia nuestra, propia, autentica y llena de futuro. La
regeneración de su presente con base en la admiración de la grandeza histórica pasada,
griegos y romanos, aleluya, aleluya, todo honor y toda gloria, para recordar
que son jóvenes de hoy pero que también van a “hombros de gigantes” en el
laborioso camino del reaprender a vivir.
Una
reivindicación de su propio espíritu para llegar a su mundo moderno, el de las
herramientas del hoy, donde ya no deban existir tradiciones equivocadas, ni
anacrónicas, porque ya se han desaprendido. Tampoco angustias por engaños de
culturas impuestas que pisotearon la cultura de nuestros ancestros. Además, es
inaceptable en el mundo actual, que pueda existir algún gobierno, de cualquier
país donde nuestros jóvenes no tengan el innegable y delicioso derecho de ser universitarios
y las ilusiones propias y de sus familias que de ahí se derivan.
Qué
curioso, casi una paradoja, en este momento histórico los jóvenes colombianos están
haciendo exigencias por presupuesto para garantizar la educación superior, no
solo de ellos sino de los buenos bachilleres, que vienen llegando año tras año,
lo cual indica que piden para todos y eso mismo nos conviene a todos. Pero es
de tener presente que, en un futuro quizá no tan lejano, estarán ya no buscando
presupuestos y financiamientos para su educación superior, sino máxima calidad
en la educación y en su formación o sea desde ya se formaran los maestros que
aún no existen.
Suele
hablarse de formación en valores y es importante esta breve aclaración: Valor
no es una palabra, es una conducta, un conjunto de acciones, que nos llevan a
hacer verdad y practica lo que decimos. Generosidad, lealtad, honradez, etc.
Exigen la coherencia de las cosas que hacemos, hay que vivirlos y sentirlos.
Los valores hay que enseñarlos desde la escuela, para que el niño aprenda a
mirar y regocijarse de la naturaleza, con una flor, mirando el mar, activo de
la vida decente y así permitir que su
pensamiento fluya libre en los valores indicados. Por esto desde la escuela han
querido corromper la sociedad, enseñando equivocadas ideas para distorsionar
las neuronas de los niños, inculcándole conceptos muchas veces falsos, que
benefician intereses de grupos deshonestos, para inhabilitar al adulto.
De
ahí que los mejores profesores mejor y bien preparados deben estar como
maestros en esta etapa tan importante de los niños, donde todo les queda como
manchas indelebles en su convicción. Hay modelos de valores (Aquíles en la
Ilíada de Homero) y valores más modestos como el de levantar la mano y pedir la palabra, ahí nació la
Democracia, con la libertad de expresión, para lo cual primero tengo que saber pensar,
entonces viene la libertad de pensamiento.
Vi
en la bella Praga, en la época de la ocupación de la URSS, año 68, que los
ciudadanos checos pedían libertad económica para vacacionar fuera del país,
había restricción de divisas, veían en Suecia su arquetipo ideal. Yo me
preguntaba: Cuando en mi país Colombia estaremos reclamando por derecho a
vacaciones internacionales si por esa época y aún hoy, los colombianos y no
pocos, piden por sopa. Aún hoy, no todos tienen sus tres comidas al día, aún
hoy no todos tienen agua potable, ni energía. Aún hoy los niños mueren de hambre.
Somos naturaleza y primero tenemos que estar bien, con hambre no nos importan
Newton o Beethoven…
La
incansable determinación de esta juventud logrará los cambios necesarios y
estructurales con resultados positivos que se eternizaran en su existencia por
la acción y el conocimiento en su lucha eterna por la cultura. Ya hay
conciencia de que somos lo que la educación hace de nosotros.
A
futuro veremos colombianos grandes no condenados al aire pesado para su
respiración porque desde ya están viendo la necesidad del respeto y
contemplación de la naturaleza, que por ignorancia y codicia la venimos dañado
las generaciones anteriores. En su camino a la grandeza encontraran angustias y
reacciones complejas del presente a superar. Ese presente que en el instante se
convierte en un “haber sido”, habido de dificultades que conducen a mayores
conocimientos, gracias a las energías vitales del devenir.
Así no será un soñar, la existencia en el
futuro de colombianos que después de muertos continúan viviendo su inmortalidad
por sus grandes ejecutorias. Es lo que la gran historia nos muestra con nombres
de seres inmortales, los magníficos griegos que nos enseñaron a pensar y en su
camino fueron mostrando cómo surgió la filosofía para el mundo: Parménides,
Empédocles, Pitágoras, Sócrates, Protágoras, o el gran Heráclito que planteó el
camino olvidado, que Sócrates, Platón y Aristóteles no tomaron, porque prefirieron
el de Parménides. Curiosamente fueron el origen del conservatismo. Muchos de
ellos sobrepasaron el “conócete así mismo” y vieron la necesidad de las
dosificaciones: el “Nada en Exceso” …
De
no ser en la juventud colombiana con sus energías y las fuerzas vivas de su
existencia, quienes podrían lograr el cambio de acción y de conocimientos que
den confianza a su futuro y logren crear una cultura propia y de siglo XXI?
Por
diversas, razones encontraremos inconformes o pesimistas, pero tengo fe que
esta juventud es la fuerza natural de radical transformación, de emergencia que
con la educación coronará su propia emancipación y encontraran un renacer de
libertad, en ese proceso tan maternalmente bueno del estudio, que recompensa
con dulces y puras alegrías, como las madres cuando nutre a sus hijos. El
estudio con su magia ilumina todo lo que rodea, en el ejercicio del
pensamiento, en la generación de ideas, en la contemplación tranquila de la ciencia,
nos prodiga profundos e indescriptibles deleites, como todo en lo que participa
la inteligencia.
Básico
observar que desde que la moneda transita por la economía, ella tiene un enorme
poder sobre nuestras vidas, especialmente en los últimos años. Es tanta su
influencia que nos pone a dudar en la fidelidad a la Democracia o a la
Economía. Surge así el sistema económico como el leviatán de la democracia,
procesos inflacionarios, comercio como el cemento social, confianza en el
sistema de economía abierta en una sociedad abierta. Pero es grave enemigo para
la estabilidad de la democracia como forma política y de cultura moral o ética,
que en su afán decidido de lucro cuenta con la capacidad para transaccionar
valores donde nada importa (Caso Odebrecht).
Aun
sin saberlo con nuestro dinero en los bancos quien percibe qué tipo de
transacciones se estén haciendo en cada instante. ¿Cómo sofrenar ese poder,
teniendo presente que el pensamiento económico es parte del pensamiento
filosófico? Lo económico es esencial, pero tiene que estar regulado por nuevos
mantos de ideales. Nuestra educación es conocimiento que constituye un capital
cultural que tiene que servirnos para vivir y mantener una ciudadanía digna,
por lo cual necesitamos de enormes conocimientos día a día.
No
podemos impedirle a un solo colombiano, ese goce de tan fundamentales derechos,
de la educación superior de calidad, ese soñar que adicional a su construcción
de futuro les permitirá su reconciliación con la naturaleza y el arte, logrando
una renovación de arte y vida. Solo el hombre reconciliado con la naturaleza
será el único que producirá el arte del futuro y los colombianos tienen el
derecho de ser también, partícipes de ello y en todo donde hay desarrollo
científico e intelectual.
No
sobra dar alerta al periodista, ese virtuoso de la cultura general, el mecánico
de las respuestas inmediatas en cuestiones de actualidad, el maestro del
instante, que juega entre un resorte
cultural, dispensando a las masas informaciones y opiniones consumibles, que
por sus intereses salariales, aplebeyan con el poder de la palabra, en los
medios de comunicación de seis a ocho en las mañanas y de doce a tres del medio
día a la tarde, haciendo todo cuanto esté a su alcance por vaciar la cabeza de
los telespectadores y radioescuchas, para dejarlos en el barro.
Aristóteles
en la Política, escrita hace más de 2.000 años dice: “Puesto que hay un fin
único para la ciudad que es la justicia y que es el bien de todos, es claro que
la educación sea única y la misma para todos y que no sea el dinero lo que
diferencie la educación y el cuidado de ella debe ser cosa del estado, un
estado justo e igualitario”.
Miguel
Angel Espinel M.
19/07/2019
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